Camino
vago sin rumbo
me aíslo en tu ausencia
extraño tu recuerdo
mi mente se congela en tu frialdad,
cada noche de insomnio frío
exacerba mi dolor.
Paro
Freno en seco
me aferro a tu piel
siento cada punzada de dolor
mi pecho se desgarra en tu indolencia,
cada madrugada de desvelo gris
escoce mi pasión.
Avanzo
escudriño tu mirada
doblego mi orgullo
abandono mis recelos
mi piel se entrega a tu deseo,
cada mañana de silencio sosegado
devuelve mi esperanza.
Así avanza al día a día el ventarrón que consume mi alma
viviendo intensamente cada enorme sensación dormida.
- Estamos bien, niña mía?
-Estamos bien, vida de mi vida.
- Estamos bien, niña mía?
-Estamos bien, vida de mi vida.
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