RAYITO DE SOL

Sol solecito,

caliéntame un poquito,

que mi amor de la mañana

se demora esta semana.

VENTARRÓN

Camino

vago sin rumbo

me aíslo en tu ausencia

extraño tu recuerdo

mi mente se congela en tu frialdad,

cada noche de insomnio frío

exacerba mi dolor.

Paro

Freno en seco

me aferro a tu piel

siento cada punzada de dolor

mi pecho se desgarra en tu indolencia,

cada madrugada de desvelo gris

escoce mi pasión.

Avanzo

escudriño tu mirada

doblego mi orgullo

abandono mis recelos

mi piel se entrega a tu deseo,

cada mañana de silencio sosegado

devuelve mi esperanza.

Así avanza al día a día el ventarrón que consume mi alma

viviendo intensamente cada enorme sensación dormida.


- Estamos bien, niña mía?
-Estamos bien, vida de mi vida.

DE PROFUNDIS

De qué manera te pongo

en el lugar correcto,

donde no me duelas,

donde no me ausentes,

donde no me sientas

y mi amor no estorbe.

De que manera te pongo

en el lugar correcto,

donde no me ahogues,

donde no me agites,

donde no te piense

y mi amor no exista.

Donde jamás tu puedas

adivinar mi amor

y mi ausencia sea

tan solo un recuerdo,

lánguido y distante,

como la nieve fría,

como el cielo gris.

De qué modo

certero y preciso,

te arrojo en lo profundo

de mi alma y corazón,

donde no me duelas,

donde no me ausentes,

donde sea para siempre

un recuerdo tu canción.

Texto: Darío

Fotografía: Darío

INDÓMITA

Cierro mis ojos y me pierdo

en la profunda noche de tus ojos,

ya no soy más que tu deseo

envuelto en mi deseo;

una sola carne

amordazada entre besos de cálido aliento,

cercado por tus dedos

que registran palmo a palmo mi piel.

Ya no soy más que tu deseo

envuelto en mi deseo;

tus caderas,

encajan en las mías,

aplastan mi vientre

fuertes y ágiles cual amazonas indómitas

se mueven sobre mí,

agitando la pasión que desborda el deseo.

Cierro mis ojos y me abandono

en el regazo dulce de tus brazos,

te cobijo en mi piel,

me fundo en la tuya,

una sola excitación

arrebatada, impetuosa y violenta;

sí,

ya no soy más que tu deseo

envuelto en mi deseo

Texto: Darío

Fotografía: Angel Vargas

DORMIDA

Evanescente el vuelo de tu sueño

se agita breve,

ligero,

sereno;

segundo a segundo

sin afán,

sin premura,

etéreo el viento se lleva tu desvelo,

se cierran tus ojos con dulzura

y te abandonas confiada al mundo

mientras mis ojos velan tu ensueño.

No hay inspiración más dulce en cada noche

que tus ojos cerrados,

tu tibio aliento,

y el vaivén suave de tu pecho.

¿Y yo?

cómplice mudo en la penumbra

extasiado contemplo tu belleza.

Texto: Darío

Fotografía: Darío